48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (2024)

Es la ciudad con más densidad poblacional de inmigrantes argentinos de la península Ibérica, lo que a convierte, además, en un destino perfecto para familiares y amigos que desean visitarlos.

Aquí un recorrido que incluye historia, playa, museos, deporte, arquitectura, naturaleza y vanguardia.

Con la psicodelia propia de las grandes capitales, pero cierta densa serenidad de los pueblos grandes, Valencia parece ofrecerlo todo.

Aunque su fundación oficial llegó de la mano de los romanos como una colonia de su imperio en 138 a.C. bajo el nombre de Valentia Edetanorum, recostada sobre el Mare Nostrum (hoy el Mediterráneo), llevaba al menos un siglo cobijando asentamientos alrededor de sus huertas profusas gracias a sus terrenos fértiles.

Para el 75 a.C. había sido diezmada por una guerra y durante un siglo quedó abandonada, apenas habitada por algunos pocos agricultores.

Renació con poderío en el siglo II d.C. y se convirtió en un puerto clave y poderoso. Llegó a tener un circo con capacidad para 10.000 espectadores, de cuyo muro aún quedan vestigios en la iglesia de San Juan del Hospital. Las actuales calles Salvador-Almoina y Caballeros reinventan el cruce clave de los caminos de entonces.

Mucho de los restos de aquella época se encuentran en el centro arqueológico de L’Almoina que es considerado el km. 0 de Valencia y en la Cripta Arqueológica de la cárcel de San Vicente. Para el siglo VIII llegó la dominación musulmana, cuyo epicentro sería tomado por Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, hasta que pasó a ser dominio de Aragón en 1238.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (1)En Valencia conviven tradición y vanguardia. Foto Shutterstock

Con tanta mezcla cultural y con eje en el poderío del Mediterráneo, a la par de su increíble albufera (una de las cuatro en todo el mundo), Valencia ha sido el origen de la paella, de los Borgia y sus dos papas, del más famoso mercado de la seda y la arquitectura típica local que ha logrado reunir toda su historia para volcarla en edificios como el mítico Mercado Colón.

Al lado del centro histórico se hamaca el Jardín de Turia, que nació en el cauce del río del mismo nombre que luego de una inundación trágica en 1957, fue desviado, creando el parque que atraviesa la ciudad. Más allá se traza una serie de rectas que van directo al mar y se encuentran con la Marina y una playa inmensa que mira al Mediterráneo.

Hacia el sur se yergue la Ciudad de las Artes, la primera obra urbana del arquitecto Santiago Calatrava que cambió lo que eran las afueras de Valencia para siempre.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (2)Receta de paella valenciana. Foto: Shutterstock.

Un poco más allá la albufera, un estuario arrocero que deslumbra con sus atardeceres increíbles.

La ciudad tiene todo lo que gusta a un sibarita citadino, bañado por un espíritu relajado, sin el trajín propio de las urbes centrales. Valencia se camina, aunque su sistema de transporte es perfecto. Hay arena, clasicismo, vanguardia, arte, tradición y naturaleza. Es una ciudad particularmente económica. El promedio de costo de acceso a museos ronda los 2 euros, hay alojamientos muy recomendables (sobre todo en el caso histórico) a precios razonables y se come siempre bien, aún en los pequeños bolichitos: abundante, casero, fresco y acomodado.

Aquí se habla, además de castellano, valenciano, una variedad del catalán. Más del 90% de los locales lo usa entre ellos.

El momento más intenso es el de las fallas, una fiesta popular de 5 días que se transita a mediados de marzo, con epicentro el 19 en concordancia con el patrono de la ciudad: San José. Por entonces llegan a la ciudad cerca de 3 millones de turistas. Consiste en la quema de los monumentos falleros instalados en las calles. La algarabía y la música toman la Valencia que se convierte es un verdadero frenesí.

El resto del año es una urbe siempre activa, aunque relajada. Su clima es amable, de estilo mediterráneo, con inviernos suaves y veranos cálidos, es ideal para visitarla en cualquier época del año, y pocas veces llueve, por lo común algo a comienzos del otoño europeo.

El esqueleto de la ciudad está formado por el Jardín de Turia de 10 kilómetros peatonales de extensión. Parte en el Bioparc, uno de los mejores parques zoológicos de Europa, y termina en la Ciudad de las Artes.

En su trayecto emergen dos atractivos ideales para una escala: el Museo Bellas Artes (domingos gratis) que exhibe un célebre autorretrato de Velázquez, además de piezas invalualbles del quattrocento, el gótico internacional, el manierismo y el barroco; o el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el primero de España de arte contemporáneo.

También se encuentra el Parque del Gulliver (gratuito), una escultura de 70 metros realizada a escala con una recreación del personaje de Jonathan Swift. Los visitantes parecen haber salido de Llilliput cuando pasean sobre Gulliver.

La gente es alegre y amable, la ciudad es segura. Los restaurantes son vibrantes y los muchos mercados se han convertido en ejes convocantes para los recorridos gastronómicos. Hay mucho que hacer, pero no hay estrés. Los locales contagian su amor por el disfrute cotidiano.

Primer día

  • 9:00 / Plaça de la Mare de Déu

Qué mejor que arrancar la jornada en la Plaça de la Mare de Déu, sitio reconocido por su decenas de cafés, perfectos para elegir churros con chocolate caliente o pan con tomate y jamón serrano.

Es aquí donde se estableció originalmente el foro romano. Hoy es el distrito de Ciutat Vella, en el barrio de La Seu.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (3)Plaza de la Virgen. Foto Shutterstock

La plaza homenajea a la patrona de Valencia, la Virgen de los Desamparados, quien recibe una imponente ofrenda de flores durante las fallas. La iglesia fue construida en el siglo XVII y se convirtió en el primer edificio barroco de la ciudad. La misa dominical se celebra a las 13 con la participación del coro de la Escolanía.

Todo el sitio es peatonal. Permite contemplar decenas de edificios históricos que rodean el espacio: la catedral de Santa María de Valencia y la casa Vestuario. Desde aquí la vista de la torre campanario de la catedral, de 51 metros de altura, es formidable. Contrasta con el resto de las construcciones y es un ícono de la ciudad. Este Miguelete (o Miquelet) de cuatro pisos se construyó entre 1381 y 1424.

Allí no más, se esconde la plaza de Manises, sitio de encuentro de las Calle del Serranos y la de Caballeros. Dos palacios se destacan: el de la Generalitat, el edificio del gobierno de la Comunidad Valenciana que data del 1421, y el del Marqués de la Scala, construido en el siglo XVI, con una mezcla de gótico valenciano, renacimiento y barroco.

Imposible no acercarse hasta la torre de Serranos (2€, lunes y días de lluvia cerrado). Un emblema de la ciudad amurallada que data de 1392. Este sitio es de los pocos que quedó en pie cuando en 1865 se decidió derribar el cerco de la ciudad. Es la puerta que conectaba el centro con las sierras.

  • 11:00 / La Catedral

Volviendo sobre tus pasos, y para completar esa imagen histórica, es preciso acercarse hasta la Catedral (9€, menores de 12 años gratis), ya en el barrio del Carmen, aunque sin moverte del corazón histórico.

De estilo gótico, pero con la huella que los siglos le dejaron con rastros del románico y el barroco, fue construida sobre un antiguo templo romano que, más tarde, devino en mezquita.

En su interior se conserva un cáliz custodiado en su propia capilla. Según las tradiciones aragonesa y valenciana, se considera el Grial reconocido por el papa Francisco en 2015.

La tradición cuenta que tras la última cena, San Pedro lo llevó a Roma, hasta que el papa Sixto II lo envió a Huesca, luego se lo ocultó en los Pirineos durante la invasión musulmana, hasta que el rey Alfonso el Sabio lo depositó en esta sede. Subir al Miguelete, 207 escalones más arriba, ofrece una vista fabulosa del centro histórico.

Allí también se encuentra el yacimiento arqueológico de L’Almoina, que conserva unas termas romanas del siglo II a. C. y un pozo medieval.

  • 13:00 / Hora de comer en el Mercat Central

Es hora de una escala gastronómica y no hay sitio más perfecto en esta zona que el Mercat Central. Con 8000 metros cuadrados y 300 puestos es el mercado de productos frescos más grande de Europa. Su arquitectura recuerda a la Torre Eiffel con sus entramados de hierro, pero con impronta hispana gracias a los azulejos.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (5)Mercado Central de Valencia. Foto Shutterstock

Si se trata de darle curso al almuerzo, la parada imperdible dentro es Central Bar, el sitio más tradicional del lugar. Su carta hoy está a cargo del suceso valenciano de la cocina: el chef Ricard Camarena, dueño de 2 estrellas Michelin. Allí hace gala de los ingredientes locales y de preparaciones sencillas que sorprenden con tapas y raciones.

Para quien tiene algo más de tiempo en la ciudad, otro de los restaurantes de Camarena en el Mercado Colón, en la zona de Gran Vía, próximo al Jardín de Turia. Se llama Habitual. Cuenta con una puesta más tradicional, pero siempre haciendo gala de la sencillez y riqueza de sabores.

  • 14.30 / Lonja de la Seda

Una joya de la zona histórica espera para dar cierre a la Ciudad Vieja. Declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, la Lonja de la Seda (2€, gratis domingos y feriados) es uno de los edificios más típicos de Valencia, se encuentra justo enfrente al Mercat Central.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (6)Lonja de la Seda. Foto Shutterstock

Consta de tres cuerpos y el jardín conocido como el "patio de naranjos”. En su interior, las columnas de 17,40 metros de alto, sostienen las bóvedas que cobijaron la actividad mercantil.

  • 16:30 / Ciudad de las Artes y las Ciencias

Momento de partir hacia la vanguardia. Con varios transportes disponibles, entre ellos el Valencia Bus Turístico (22€), además los buses 95, 94, 19, 35 o 40, se llega a La Ciutat de les Arts i les Ciències (la Ciudad de las Artes y las Ciencias).

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (7)Puente de Flores en los Jardines de Turia. Foto Shutterstock

Una obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava que se ha convertido en identidad de la ciudad. Su landscape futurista cambió para siempre el perfil de la urbe. Allí se reúne un conglomerado de actividades que invita a pasar la tarde. Como una acera natural, a su lado se abre el Umbracle, un jardín de más de 17.000 m2 que recorre en paralelo el largo del complejo. En verano, por la noche, allí abre la terraza Mya, un sitio perfecto para una copa admirando la ciudad en perspectiva.

Dentro de este espacio se hilvanan una serie de propuestas. El Hemisfèric es un cine digital 3D, con una pantalla cóncava de 900 metros que casi envuelve por completo a los visitantes. Proyectan documentales de unos 45 minutos y varias veces al día hay opciones infantiles.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (8)Ciudad de las Artes y las Ciencias. Foto Shutterstock

Bajo el lema de “prohibido no tocar” se abre paso el Museo de las Ciencias, con muestras permanentes (que incluyen materiales de viajes al espacio) y temporarias.

Por su parte el Palacio de las Artes ofrece óperas, conciertos, zarzuela, o ballet. Agora o CaixaForum València es un centro cultural polivalente que propone opciones de todo tipo.

El Puente de L’Assut d’Or, está suspendido sobre el antiguo cauce del río Turia, entre el Museo de las Ciencias y el Ágora. Su pasarela peatonal es un paisaje vanguardista perfecto. El sitio de las fotos.

La joya es el Oceanografic, el oceanógrafo más grande de Europa. Se divide en siete ambientes marinos, con 45.000 ejemplares de 500 especies diferentes.

Cenar o almorzar en el restaurante Submarino, dentro del parque, es una experiencia fabulosa: el sitio está sumergido dentro de los escenarios marinos y sus paredes son peceras. Los tiburones, rayas y tortugas acuáticas nadan al lado de los comensales.

  • 21:00 / De noche en los Jardines de Turia

El ajetreo nocturno puede llevar a los Jardines de Turia que invitan a la caminata y guardan una serie de oportunidades gastronómicas diversas y tranquilas. Si la idea es un ambiente formal y premiado, Lienzo (Pça. de Tetuan, 18, Bajo Derecha) bajo la batuta de María José Martínez y Juanjo Soria con una estrella Michelin, propone una saga de productos de la huerta, el mar o la montaña cercanos.

Otra alternativa, siempre a la vera de los Jardines de Turia es Ampar (Av. de Navarro Reverter, 14, L’Eixample). De la mano del chef Carlos Julián la cocina mediterránea se vuelve creativa, colorida y hasta arquitectónica. Su postre de piedras de chocolate es una adivinanza.

Segundo día

  • 9:00 / Vamos a la playa

Es el momento de vincularse con el agua que tanta trascendencia ha tenido en la historia de Valencia.

La playa es el sitio perfecto para comenzar desayunando frente al mar. Dos son las opciones preferidas: Malvarrosa y Patacona.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (9)Una de las playas de Valencia. Foto Shutterstock

La primera ha sido calificada como una de las mejores playas de Europa: amplia, con pendiente serena, con la vista abierta y la arena fina. La segunda es la continuación natural de aquella. Para los que se animan a madrugar, es habitual encontrar jinetes paseando a la orilla de mar ni bien despunta el alba, en medio de una playa vacía y apenas el sol dibujando sombras en la arena. Una postal perfecta.

En Patacona, precisamente, La Más Bonita, un pequeño lugar súper chic y de moda que sabe a mar desde la primera vista, ofrece desayuno perfecto para iniciar el día. Sus mini cakes invitan a la degustación.

En un gran momento para hacer playa: tomarse un descanso, hacer una larga caminata, adentrarse en la marina, visitar un reducto digno de la belle epoque de la Costa Azul, el Balneario Arenas, y revivir algo de aquella época de viajes lujuriosos.

Malvarrosa fue el sitio que enamoró a Joaquín Sorolla, el llamado “pintor de la luz del Mediterráneo” y responsable de dejar una herencia estética de esta costa.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (10)Amanecer en la playa de la Malvarrosa de Valencia tras celebrar la noche de San Juan. Foto EFE/Manuel Bruque/Archivo

En la Marina, emerge uno de los edificios más modernos de la ciudad: Veles e Vents, concebido por los arquitectos David Chipperfield y Fermín Vázquez. Sus propuestas gastronómicas son tentadoras a cualquier hora del día: el restaurante mediterráneo La Marítima, la barra Malabar y la exquisitez de la Sucursal.

  • 11.30 / Caminos rurales en bici

Tomar una bicicleta y seguir al sur implica adentrarse en lo que se llama la Huerta de Valencia. Pero también es posible acceder en metro descendiendo en cualquiera de las estaciones Alboraya, Quart de Poblet o Paiporta, o bien optando por los autobuses 14, 15, 16, 23 ó 70.

Se trata de una red de pequeñas plantaciones que abastecen con productos frescos todos los restaurantes de la ciudad. Se formó basada en los antiguos asentamientos fundacionales y se fue fortaleciendo gracias al sistema de acequias que desarrollaron los musulmanes durante su estancia aquí.

Este sector de la ciudad y sus alrededores ha sido reconocida por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM).

Ha dado origen a una entidad particular denominada el Tribunal de las Aguas que se encarga de la regulación del uso de ese bien y hasta el día de hoy cada jueves se reúne a las 12 en la puerta de los Apóstoles de la Catedral. Ponen en práctica un rito que data de un milenio atrás, por el que se imparte justicia en proceso oral y en lengua valenciana de modo inapelable sobre la distribución del riego, con participación de los labradores. Se la considera una institución modelo internacional.

El sitio, además, se ha convertido en un destino elegido por la bohemia artística. Cada vez más pintores y poetas se mudan a la huerta y permiten redescubrir pueblos históricos como el Palauet de Nolla en Meliana, un palacete del siglo XIX que se encuentra en restauración y permite las visitas, exhibiendo orgulloso su muestrario de cerámicos.

  • 13:30 / Almuerzo en la "huerta"

La hora del almuerzo invita a adentrarse en las propuestas de la propia zona de la huerta para descubrir el superalimento local con marca de origen: la chufa, un tubérculo que se cultiva como segunda alternativa en la rotación de cultivos del campo, utilizado ampliamente, entre otras cosas, para hacer una bebida refrescante, también utilizada como postre, conocida como horchata.

Rodeados por alcauciles en flor y lechugas gigantes, se esconden restaurantes muy especiales.

Se puede preferir la elección de los gourmand valencianos y optar por Ca Pepico (C. Mediterráneo, 1, Alqueria de Roca), donde la gastronomía es simple, con ingredientes de ahí al ladito, con respeto por ellos y atravesados por preparaciones tradicionales.

¿Algunas opciones? Tomate de la huerta en pincho con ventresca de atún, sepias con cebollas o croqueta de puchero valenciano. Una joyita de arqueología culinaria: el arroz seco de fetge de bou (hígado de toro) que ya no se consigue ni en la cocina casera de las abuelas locales.

Otra opción allí no más es Napicol (Carrer de Sant Isidre, 28, Alqueria de Roca) con una terraza que se abre espacio entre frutales. Allí la regla es kilómetro cero y lo que ofrece la temporada, todo barajado bajo la batuta de Chemo Rausell en su cocina abierta. Imperdible el arrós amb fessols i naps (arroz de alubias y nabos). Fabuloso el cap i pota, una versión valenciana de callos con morro de ternera y papas.

  • 15:30 / La albufera

Es momento de seguir un poco más al sur y adentrarse en un hito natural de la región: una de las cuatro albuferas del mundo, culpable del origen de la paella.

El Parque Natural de La Albufera reúne un tejido de humedales naturales. Se encuentra a apenas 10 km. del centro de la ciudad. Llegan hasta allí (y pasan por la playa y la huerta) las líneas 24 y 25 que llegan a dos pueblos de la zona: El Palmar y El Perellonet, respectivamente (menos de una hora desde el centro, 1,50€ y gratis con la tarjeta Valencia Tourist Card).

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (11)Albufera con los colores del atardecer. Foto Shutterstock

Es curioso el cambio de tonalidad de todo el lugar de acuerdo al momento de la visita: verde en verano con los cultivos a pleno, azul en invierno cuando el agua se adentra sobre la tierra, y marrón cuando la sequía deja la tierra a la vista.

En el lago de agua dulce de más de 2.800 hectáreas se refugian más de 300 especies diferentes, entre ellas, los flamencos, que dan al paisaje una tono particular. En el Centro de Interpretación Racó de l’Olla (parada 2169 Pinars) se ofrece una amplia información sobre la avifauna local.

Del otro lado, frente al agua, se forman dunas naturales y una decena de playas rústicas y secretas, muy poco concurridas, entre ellas Garrofera, l’Arbre de Gos, la Devesa y El Saler.

También allí se encuentra una reserva de biodiversidad de 40 hectáreas con acceso gratuito dentro del propio parque: el Tanta de la Pipa. Se puede visitar por tu cuenta o con guía, siempre con reserva previa.

Otras dos opciones similares son Mília y L’Illa pero tienen muy restringidos el acceso para preservar la biodiversidad (se puede consultar disponibilidad en +34 621211066).

  • 18:00 / Navegación y atardecer

El cierre de este paseo es una obra de arte natural. Las barcazas con vela triangular se despliegan en la brisa de la albufera para sortear las distancias entre los diferentes arrozales.

Los que saben reconocen que este es el mejor modo de presenciar el atardecer que se produce desde el continente hacia la costa y pincela las plantaciones y las nubes de ocres, naranjas, colorados y azules. Parecen retocados para Instagram.

El sitio más concurrido para embarcar es el del Mirador de la Gola de Pujol, pero también salen excursiones de navegación en los puertos de Catarroja, Silla, Sollana y El Palmar.

Todos los recorridos se realizan sobre albuferencs, un tipo de embarcación de madera artesanal muy baja, con una vela imponente y un mástil que se inclina para dar paso a la aventura. El recorrido dura, en promedio, unos 40 minutos.

48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (12)Una buena paella, imperdible de la gastronomía. Foto Shutterstock.
  • 20:00 / Tiempo de paella

Cuando todavía queda algún resplandor en el cielo es momento de degustar aquello que más se cuece en las cocinas valencianas: la paella.

Allí mismo, en la Albufera, como para mantener la magia del atardecer y lo bucólico del lugar, se puede optar por una serie de simpáticos chiringuitos entre costumbristas y playeros, o restaurantes más formales con mesa y mantel. Duna (Paseo Pintor Francisco Lozano módulo 3) en El Saler es uno de estos últimos. Su carta enumera 50 variedades de arroces. Más allá de la diversidad, la estrella, por supuesto, es la paella, que aquí llega con pollo de corral, conejo, porotos y caracoles.

  • 22:30 / Caminata por los Jardines de Turia

De regreso al corazón de Valencia, la despedida perfecta es una caminata por los Jardines de Turia. La noche suele ser serena y segura.

Los antiguos puentes cruzan el viejo lecho de un lado a otro y muchos de ellos datan de la Edad Media.

A pocas cuadras de la Plaza Zaragoza, en el Puente de Aragón, aparece un reducto de los más modernos de la ciudad. Living Bakkali (Carrer de Xile, 9, El Pla del Real) reúne la tradición marroquí con las raíces valencianas en una arquitectura sofisticada realizada en adobe. Los tragos, todos con un twist propio, rondan los 9€. Y ya que estamos, alguna tapa amerita para la despedida. La sugerencia: uno de sus bao que llegan con auténtico producto de la huerta. El último suspiro con todas las influencias fusionadas.

v1.7 0421

El recorrido

Infografía: Clarín

Cómo llegar a Valencia

  • Con vuelo directo a Madrid con Iberia desde $1.540.000 o Aerolíneas Argentinas $1.026.000.
  • Tren Madrid - Valencia: 2 horas de duración, desde 35€, parten de Estación Atocha o Chamartín, según la hora. Un promedio de 12 frecuencias diarias.

Dónde alojarse en Valencia

  • Palau del Mar, Navarro Reventer 14, desde 173.000 pesos la habitación base doble.
  • AdHoc Monumental, C/Boix 4, desde 163.000 pesos la habitación base doble.
  • Hotel Balneario Las Arenas C/ d'Eugènia Viñes, 22, 24, Poblados Marítimos, desde 320.000 pesos la habitación base doble.

Cómo moverse

  • La red de autobuses es impecable y no sólo llega a cualquier sitio de la ciudad, sino que también conecta con pueblos de las afueras.
  • La bicicleta es un medio fantástico porque la ciudad es plana y cuenta con una de las ciclovías más grandes de España.
  • El metro no está muy extendido y resulta innecesario en una ciudad pequeña que, además de las opciones anteriores, es perfecta para las caminatas.
  • La App de EMT es gratis y permite tener a la mano todas las líneas y recorridos de transporte.
  • El bono de 10 viajes sale 8€ (por boleto sale 1,50) y si se utiliza en varios transportes durante una hora, se consume un único boleto.
48 horas en Valencia: qué ver en una de las ciudades más elegidas por los argentinos que se van a vivir a España (2024)

References

Top Articles
Latest Posts
Article information

Author: Cheryll Lueilwitz

Last Updated:

Views: 6013

Rating: 4.3 / 5 (74 voted)

Reviews: 89% of readers found this page helpful

Author information

Name: Cheryll Lueilwitz

Birthday: 1997-12-23

Address: 4653 O'Kon Hill, Lake Juanstad, AR 65469

Phone: +494124489301

Job: Marketing Representative

Hobby: Reading, Ice skating, Foraging, BASE jumping, Hiking, Skateboarding, Kayaking

Introduction: My name is Cheryll Lueilwitz, I am a sparkling, clean, super, lucky, joyous, outstanding, lucky person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.